Antes de las 21:00 del martes, el presidente, Luis Arce Catacora, emitió un mensaje desde la Casa Grande del Pueblo. Ninguno de los ministros ni dirigentes del Pacto de Unidad lo acompañaron durante los 20 minutos que duró esa comparecencia pública en la que planteó tres ideas: no estaba dispuesto a cometer errores; un llamado a la unidad y su declinación a la carrera por la reelección.
La decisión del mandatario fue emitida horas antes de la apertura de inscripciones de candidatos en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y en medio de un intenso cabildeo al interior del MAS que apunta a mantenerse en el poder a pesar de las rupturas internas.
“Ratifico que la unidad es el único camino para lograr la subsistencia de nuestro Estado Plurinacional (…) hoy doy a conocer al pueblo boliviano con absoluta firmeza mi decisión de declinar mi candidatura a las elecciones presidenciales de agosto próximo”, afirmó Arce.

Luego, el jefe de Estado manifestó que su decisión llega para no ser un factor de división del voto popular ni facilite a que se haga realidad un proyecto de la derecha para llegar a la silla presidencial y que “destruyan el modelo económico, social y productivo”, creado por el Movimiento Al Socialismo (MAS). En ese contexto, esta determinación también llega en medio de que por primera vez el expresidente Evo Morales puso en dudas la inscripción de candidaturas y de las reuniones que sostuvo Andrónico Rodríguez con líderes del Grupo de Puebla en Argentina y España, además de su aceptación en Oruro de ingresar en la lid electoral.
Arce propuso, por segunda vez, a la más amplia unidad de los partidos de izquierda y de las organizaciones sociales para cerrar filas en torno al apoyo de un solo candidato presidencial que tenga la posibilidad de derrotar en las urnas a la oposición. Después se dirigió al expresidente boliviano para desafiarlo a que deponga su actitud de insistir en participar de los comicios generales porque constitucionalmente está inhabilitado y porque la dispersión del voto sólo favorecía a la derecha.
Después, su discurso se dirigió al joven político y presidente de la Cámara de Senadores, a quien recordó las palabras que dio en un acto proselitista en Oruro cuando habló de la necesaria unidad y trabajar sin descanso en “profundizar la revolución”.
“La unidad no debe ser una forma jurídica y burocrática. La rearticulación del bloque nacional popular exige unidad en la acción, unidad programática y unidad en el voto. Aquí estoy con la frente en alto y de cara al pueblo, quiero decirles que nos dedicaremos plenamente a la gestión”, remarcó.
Antes, apeló a la memoria de Marcelo Quiroga y la necesidad de una nueva revolución. En su análisis de la actualidad, con tono ideológico se refirió al avance de la derecha y la “extrema polarización en el escenario electoral” en la que se encuentra el país.
Tras su discurso, el mandatario bajó de Casa Grande del Pueblo para darse un baño de popularidad con las organizaciones sociales que vitoreaban su nombre en la plaza Murillo.
El Deber